domingo, 11 de abril de 2010

Competencia perfecta

Inhalar, exhalar, inhalar, exhalar... no parece gran cosa, ¿verdad? En realidad se trata de una actividad "semi-automática" que pasa la mayor parte del tiempo desapercibida, hasta que llega esa situación especial, cuando, por ejemplo, nos agotamos jugando un partido de fútbol, o cuando corremos o hacemos un esfuerzo que va un poco más allá de lo normal.
Si llevamos el acto de respirar al campo del atletismo, de la competencia deportiva, la actitud rutinaria deja de ser ya un reflejo.
Mientras el inadvertido tránsito de oxígeno por el cuerpo al inhalar y exhalar se hace por mera supervivencia, aprender a hacerlo correctamente para la práctica de un deporte requiere de una disciplina que, al ser dominada, puede significar una ventaja decisiva sobre los demás competidores.
Exactamente como un carburador bien afinado regula el paso del aire al motor, uno puede controlar en forma precisa el flujo de oxígeno en el cuerpo para competir en la mejor de las condiciones.