Es bien sabido que todas las bebidas alcohólicas poseen compuestos químicos llamados congéneres que los expertos han identificado como cancerígenos.
Estos compuestos se producen durante el proceso de fermentación, y los investigadores dicen que algunos de éstos compuestos pueden ser carcinógenos, pero no están seguros. Se sabe, por ejemplo, que los bebedores empedernidos son más proclives a contraer un cáncer en la boca y garganta, pero el elemento preciso en el licor que cause cáncer todavía no ha sido identificado.
Es un asunto complicado: "la fermentación alcohólica produce una serie de subproductos -dice el Dr. John Brick, jefe de investigaciones de la Universidad del Estado de Nueva Jersey-, y determinar la forma en que éstos afectan el organismo está aún a varios años de distancia.
Lo que se sabe es que los congéneres están más concentrados en los licores obscuros como el cognac, whisky, cerveza negra y el vino tinto, que en los llamados blancos, como el vodka, ginebra, cerveza ligera y vino blanco. O todavía mejor: beba menos. "Si usted no se toma más de dos o tres tragos al día, su riesgo de cáncer se mantendrá probablemente inalterado -concluye Bricks."